Desde el baúl
Esta semana, siguiendo con el viaje, me tocó ir a mi casa antigua y escarbar entre los objetos que dejé allí para ver cuáles se regalaban, qué se botaba, qué se conservaba y qué podía ir directo a una hoguera.
Estaba metida de cabeza en una caja de panetones D'Onofrio cuando encontré mi cuaderno de poesías. Sí, en algún momento de mi vida me dio por escribir versos.
Aquí les dejo uno que ganó algún premio en mi adolescencia. Debo confesar que me da roche publicarlo, pero allí va.
No me abrumes
De nuevo tropiezo con tu mirada,
esta ahí, fija y furtiva a la vez,
como preguntándole a mis ojos
¿me ama?
No me abrumes
Huyo, corro, vuelo,
me desplomo, caigo,
resbalo, me desmayo,
Y sigue tu mirada ahí!
No me abrumes
Expreso, digo, sueño,
siento, apego, me alejo,
te rehuyo, amo, te amo,
Y sigue tu mirada ahí!
No me abrumes
Canto, leo, escribo,
oigo, veo, te veo,
Y sigue tu mirada ahí!
No me abrumes
Por fin te digo:
No me dejas respirar,
estoy viviendo muy rápido
este momento.
Déjame vivir de ti
Déjame amarte al cien por
ciento.
No me abrumes
Y tu mirada sigue ahí!
Inmóvil y furtiva a la vez,
ignorando todo límite
de la realidad, deseando
explicarte el por qué de mis
palabras, y a la vez diciendo:
No te abrumo